Existen pocas plantas con tanta belleza y gracia como los Liliums, con sus flores que parecen trompetas y crecen en diversas tonalidades de blanco, amarillo, anaranjado, rosado o rojo. Son originarias de las zonas templadas del hemisferio norte; mientras que algunas han sido cultivadas desde hace más de 3.000 años, no fue hasta principios de este siglo que adquirieron gran popularidad.
Todas las Azucenas tienen raíces bulbosas. Algunas son resistentes y otras semirresistentes, mientras que otras son muy frágiles; a la mayoría les gusta estar expuestas al sol. En el jardín, los Liliums son conocidos por sus coloridas flores. Se adaptan bastante bien al cultivo en maceta y constituyen una excelente elección para balcones y terrazas.
El Lilium candidum, más conocido como Azucena, es de origen turco; es una planta muy resistente, cuyas flores con forma de trompeta miden unos 8 cm de largo, son blancas, delicadamente perfumadas y se desarrollan en verano. Estas magníficas flores crecen en tallos erectos, que miden entre 1,2 y 1,5 m de altura. Una o dos macetas de estos lirios constituyen una excelente atracción en el jardín.
Características
- Cuidados: Fácil
- Luz: Sol
- Altura: 1,2-1,5 m
- Expansión: 38 cm
- Flor: Verano
- Invierno: Tolera las helada
- Forma: Macizo frondoso
Cuidados
Cuidados primavera y verano
Los bulbos de azucenas se pueden plantar en otoño o primavera. En las regiones frías es mejor efectuarlo en primavera, aunque la ventaja de hacerlo en otoño es que la planta cuenta con un período más prolongado para desarrollar un fuerte sistema de raíces. Si desea información más detallada sobre la plantación en otoño, vea «Cuidados en otoño e invierno»>,
Las azucenas tienen dos métodos diferentes de desarrollar raíces: aquellos que desarrollan las raíces desde la base del bulbo son conocidos como Azucenas de raíces en el bulbo, mientras que los que desarrollan raíces desde la base del bulbo y los tallos son conocidos como Azucenas de raíces en el tallo. De cuál sea el método de desarrollar raíces depende la profundidad a la que se plantan los bulbos; los que forman raíces en el tallo se plantan más profundamente que los que sólo lo hacen desde la base del bulbo.
Trasplante los bulbos en primavera, usando un compost con buen drenaje, con un poco de arena gruesa en cada maceta. Otra alternativa es utilizar un compost hecho a partes iguales de tierra negra, mantillo, turba y arena gruesa. Algunas especies prefieren un compost alcalino, mientras que otras no, para las que es conveniente usar un compost sin contenido de cal. Dicha preferencia está indicada en la descripción de cada especie.
Plante un bulbo en cada maceta de 25 cm de diámetro. Coloque una buena capa de material de drenaje en la base e inserte los que desarrollan raíces desde la base a unos 10 o 15 cm de profundidad, los y desde el tallo, a unos 20 ó 25 cm. Debajo de que lo hacen cada cada agujero de plantación, coloque una capa delgada de arena gruesa. Ponga la maceta en un lugar soleado y protegido.
Después de plantarla, riegue abundantemente el compost, manteniéndolo húmedo durante el resto del año. Cuando comience a desarrollar los botones florales, incorpórele fertilizante líquido (la mitad de la cantidad recomendada en la etiqueta) cada dos semanas, continúe haciéndolo hasta que se hayan caído todas las flores.
Utilice cañas de bambú para sostener los tallos. Las cañas pueden insertarse en la maceta al plantar los bulbos y, de esta manera, se elimina el riesgo de dañar las raíces al introducir las cañas posteriormente. Lo ideal para los tallos al soporte es un hilo suave y verde.
Cuando el follaje comience a caer, reduzca la cantidad de agua, manteniendo el compost apenas húmedo. No deje que el compost se seque por completo, ya que ésto podría perjudicar al bulbo. Espere a que el follaje se haya secado antes de cortar los tallos.
Para lograr un inmejorable despligue de flores, lo mejor es plantar bulbos frescos cada año, plantando en el jardín los que se han ex traído de las macetas en primavera. No obstante, si se dejan los bulbos en la maceta, lo mejor es cubrirlos con una bolsa de plástico para evitar que el compost se sature y los bulbos se pudran, Riegue sólo si el compost se seca por completo.
Cuidados otoño y verano
En las regiones de clima templado, se pueden plantar los bulbos en otoño, tan pronto como se encuentren disponibles, de la misma forma que en primavera (véase «<Cuidados en primavera y verano»). Después de la plantación, ponga la maceta en un sitio fresco, ya que esto ayuda a que las raíces se desarrollen más fuertes. Lo mejor es dejarlas en el exterior, en un lugar protegido, donde no haya riesgos de que el compost se sature de hume- dad o tenga agua estancada.